La estrategia de la Casa Blanca para obligar a Hamas y a los palestinos en general a sentarse a buscar una salida al conflicto. Un mensaje indirecto para Arabia Saudita y la amenaza latente hacia Irán.

En su libro “El arte de la negociación”, publicado en 1987, Donald Trump esbozó las bases para llegar a un buen acuerdo. La estrategia es brutal: pedir lo imposible para después, con un punto de partida inaceptable y hasta ofensivo, comenzar a buscar el mejor trato. La idea es que la contraparte se sienta satisfecha por no haber cedido ante una primera oferta descabellada, pero renunciando a mucho más de lo que hubiera entregado en un principio.

En su segunda presidencia, el magnate republicano está trasladando a la diplomacia sus armas empresariales que lo convirtieron en un verdadero referente del mundo de los negocios. La compra de Groenlandia, la presión sobre el Canal de Panamá, los amenazantes aranceles a sus vecinos y ahora, su cuestionadísimo plan para Gaza, esconden un objetivo concreto: conseguir mucho más de lo que a simple vista se puede lograr.