La retirada del Estado implicó una caída de 83% de la inversión en obra pública
Una de las claves de los números favorables del déficit fiscal que allana el camino al crédito es el brutal recorte a los desembolsos para obras públicas.
La expectativa de 2025 para modificar la parálisis de la obra pública está puesta en la reacción de las provincias, luego de que la decisión política del gobierno nacional haya sido alejarse de la inversión en infraestructura estatal, generando un cimbronazo en los actores vinculados a la construcción.
Las cifras presentadas por la Fundación Éforo expresan una significativa caída de la obra pública en todo el país en torno a 83% interanual, considerando el período enero-octubre 2024.

La principal injerencia del Estado nacional en infraestructura estatal fue en las rutas: más de 70% de lo ejecutado, con un monto cercano a los $63.816 millones, fueron destinados a la Dirección Nacional de Vialidad, a cargo de Marcelo Jorge Campoy, cuyas áreas principales fueron «Mantenimiento de red por administración» y «Obras en corredores viales».
Pese a que los intendentes y algunos gobernadores reclaman por el mantenimiento de vías claves, como la nacional 11 o nacional 14; la falta de obras en esas arterias es notoria.
LAS MÁS AFECTADAS
Con respecto a las provincias más afectadas, el informe señala que tanto La Rioja ($1352 millones en 2024) como San Luis ($996 millones) fueron la de mayor contracción en términos reales: 97% para la primera y 94% para la segunda.
En el Chaco la caída de la inversión en obra pública alcanzó a 68 %.
En la Patagonia, Chubut y Santa Cruz también tuvieron caídas pronunciadas en la inversión real, que alcanzaron el 90% y el 93%. Los distritos del centro del país no fueron una excepción: ciudad de Buenos Aires tuvo un 82% menos de gasto en obra pública, mientras que en la provincia de Buenos Aires ese índice llegó a 89%.
MENOS CEMENTO
El dato se complementa con las ventas de cemento. Según datos difundidos por la Fundación Encuentro, el 2024 terminó con un total de 9.555.489 toneladas de cemento despachadas, lo que representa una caída de 23,9% con respecto a 2023 y el peor retroceso desde 2009.
Los registros también apuntan a descensos interanuales en cada uno de los meses de 2024. En diciembre, los despachos de cemento alcanzaron las 772.057 toneladas, una reducción de 5,4% con respecto al mismo período de 2023 y una baja de 11,9% en comparación con noviembre.
Los motivos que extiende el informe remarcan la decisión del gobierno nacional de paralizar la obra pública, junto con la contracción de la inversión privada en el sector. «Si no se toman medidas urgentes, es posible que el sector de la construcción continúe en retroceso, con impactos económicos y sociales significativos», propone el documento.